El emperador
era un roedor
que brillaba
por su esplendor
y cumplía con su labor.
Él tenía mucho valor
hasta que un día
por su olor.
no pudo continuar
como trabajador.
Pobre emperador
hubo que regalarle
un jabón.
Juana Caló
Taller Literario Municipal "Lápices Inquietos"
Libro "Para no molestar a la siesta"
Puerto Madryn 2008
sábado, 11 de abril de 2009
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